Con motivo de la semana de la danza, nació la idea de combinar la danza sufí con la danza libre. La danza sufí, originaria de los derviches en Turquía, pero también practicada en Egipto, consiste en girar sobre el propio eje y a través de este movimiento los bailarines alternan estados de conciencia y de éxtasis místico, mientras que su alma se desprende de las ataduras terrenales hasta acceder al reino de Dios. Una de las posiciones clásicas consiste en abrir los brazos, la palma de la mano gira hacia abajo en unión con la tierra, y la palma de la mano derecha gira hacia arriba en unión con el cielo, la cabeza se ladea ligeramente hacia la derecha, y el corazón como elemento de unión entre el cielo y la tierra. Con varias personas girando al mismo tiempo, se experimenta el movimiento giratorio de los planetas alrededor del sol, el universo en movimiento y la verdad que ésta encierra dentro de ti.
Según Núria Banal, directora de L’Espai Marabal, bailarina-profesora de danza Libre, esta danza (línia Malkovsky), parte de su lenguaje básico y coreografías para reecontrar el placer de bailar desde un movimiento orgánico sin bloqueos ni tensiones innecesarias y para disfrutar de la danza, como la expresión de la resonancia de la música en el interior y el exterior. La danza libre se inspira en el movimiento cotidiano y en los elementos de la naturaleza para desarrollarla presencia y la disponibilidad corporal.
Consideramos que ambas danzas contienen puntos en común, integran los elementos de la naturaleza en sí y consiguen a través del movimiento la unión de todos los universos en uno mismo. Por eso Núria Banal, Isabel Colom y una misma, nos metemos ahora de lleno en el laboratorio de gestación, con las ganas y la ilusión de experimentar cómo se integran y se apoyan ente sí.
De momento sólo tenemos dos pruebas pilotos, una en 24 de abril delante del Molino del Paral.lel y la otra en la misma escuela el 30 de abril.